jueves, 4 de julio de 2024

Chicos, para finalizar el curso, os regalamos el relato de Dina, compañera de 4º. Agradecemos su generosidad y buen hacer. Seguiremos con este blog en septiembre. Que el verano os sea amable.


DIARIO DE SUPERVIVENCIA EN UNA ISLA


12 de febrero, 2016

Me encuentro sola en esta isla, sin la compañía de nadie. Han pasado tres días desde el incidente ue causó mi situación actual y, sinceramente, tengo miedo. No sé cómo salir de aquí, no sé cómo pedir ayuda, lo único que sé es que trataré de gastar mis recursos y energía sabiamente.

Hasta ahora, no he bebido agua ni comido durante dos días. Espero que llueva pronto, cada día mis esperanzas de sobrevivir se van reduciendo, además de que el tiempo parece que va a paso lento. De momento, he decidido no gastar la comida que tengo en la mochila hasta que sienta que realmente voy a morir de hambre.

Intento autoconvencerme de que esto es similar al ayuno, y ayunar es sano, ¿verdad?, aunque sea por más de 48 horas...

13 de febrero, 2016

Esta mañana he encendido una hoguera por si pasa un helicóptero, de esta forma podrán reconocer que una persona está en apuros. Intento usar la menor energía física posible para no tener hambre. En su lugar, lo que hago es utilizar mi energía mental. Pienso, reflexiono profundamente y escribo.

Por la tarde intenté buscar alguna fuente de agua y también preparé una trampa con palos para cazar cualquier tipo de animal. Todo en vano.

Mi madre siempre me aconsejaba mirar el lado positivo de las situaciones a las que uno se enfrenta y, en este caso, algo que considero bueno y que tengo es el privilegio de ver el cielo, tanto de noche como de día, lejos de la contaminación lumínica de las ciudades. Es una lástima que en todos los años de mi vida nunca haya parado a estudiar cómo es el cielo; definitivamente me brindaría muchos beneficios ahora mismo.

14 de febrero, 2016

Para muchos, es el día de los enamorados. Para mí, es el día de la angustia existencial. Me he levantado con un dolor de estómago intenso y mucha hambre. Desesperada y agresiva, empecé a zampar casi toda la comida que tenía en la mochila: la peor decisión que he podido tomar, porque ahora tengo más sed. Pero esa sed va acompañada de una buena ración de miedo y dolor. Al mismo tiempo, todo lo anterior también incluye una gran porción de deseo de morir.

Nunca pensé que llegaría a desear esto, pero no hay mejor alternativa ahora mismo que morir mientras duermo. Es un hermoso engaño, es una dulce forma de entrar en una noche eterna.

Es de noche y  ahora me arrepiento de haber pensado y deseado la muerte. Estoy cansada, pero no puedo dormir porque estoy nerviosa, agobiada. Me tiemblan las piernas, las manos, me duele la cabeza. He decidido rezar y pedir perdón por mis pensamientos. Por lo menos, si muero, la tierra sobre la que rece podrá testificar por mí.

15 de febrero, 2016

Este es el último día sobre el que escribiré, las páginas del cuaderno se están acabando. No sé por qué, pero tengo la sensación de que va a llover. ¿Quizás Dios ha escuchado mis súplicas?

Hoy me levanté sintiendo una mezcla de emociones: esperanza, miedo y un poco de frustración. Nunca me había importado tanto la incertidumbre del futuro hasta ahora y, precisamente esa falta de certeza provoca un vacío en mi interior que no se puede llenar fácilmente.


P.D. James tenía razón cuando dijo: "Lo más terrible del dolor no es el dolor mismo, sino que se supere" Lo peor es que este dolor es, en su mayor parte, mental. Y, sobre todo, la incapacidad de hacer algo, excepto pensar en cómo sobrevivir. No podré escribir en los próximos días, así que, como en las novelas de suspense, estas son mis últimas palabras. El camino es el camino y hay un final mejor para unos y peor para otros, pero independientemente de esto, no dejaré de luchar.