La poesía no es un invento de los profesores de lengua y literatura.
La poesía no es un montón de palabras colocadas en orden determinado que tienen ritmo.
La poesía no es una sucesión de figuras literarias que hay que encontrar escondidas entre los versos para ser el mejor de la clase en el examen.
La poesía es una forma de Belleza.

El primer hombre o la primera mujer que hizo poesía, tenía el instinto estético tan desarrollado, que fue capaz de plasmar con una pluma lo que el amor, la naturaleza, Dios o las maravillas de la vida le hacían sentir. Él o ella, extasiado ante lo bello que la vida le ofrecía, intentó imitar esa belleza sobre un papel o un trozo de roca. Algunos de los mejores poetas de todos los tiempos no lo han hecho tan mal.
Una de las culturas clásicas que antes despertó ante la inquietud poética, fue la japonesa. Se habla del siglo V antes de Cristo como la fecha en la que data el origen del haiku, una de las expresiones poéticas más sencillas, bellas y relevantes que ha ofrecido a la literatura universal, la japonesa. El haiku es una composición poética breve, de tan solo tres versos cuyas medidas deben ser de 5 y 7 sílabas repartidas en esos versos. En ese pequeño espacio de tiempo y ritmo carente de rima, se tiene que narrar un suceso relacionado con la naturaleza o el amor.
Veamos unos ejemplos de haikus escritos por poetas reconocidos:
conforme truena
los oídos del bosque
se vuelven hojas
(Mario Benedetti)
Lejos un trino.
El ruiseñor no sabe
que te consuela
(Jorge Luis Borges)
Hoy no me alegran
los almendros del huerto.
Son tu recuerdo
(Jorge Luis Borges)
La noche, con su café
desveló al agua
y al viento
(Emilio Prados)
Hecho de aire
entre pinos y rocas
brota el poema
(Octavio Paz)
Este último haiku, de Octavio Paz, resume de forma sencilla el arte de la escritura poética.
Pues bien, también los alumnos de 1º de ESO se pusieron la piel de poetas y escribieron sus haikus. De momento, en el buzón de entrada del blog sólo ha llegado el haiku de Susana Pérez, pero estoy segura de que pronto empezarán a llegar los demás. Os dejo con su haiku e invito a todos los alumnos y profesores del colegio a que se animen a intentar escribir también ellos un haiku. Un truquito: luz de velas, incienso y música de cítara ayudan en la relajación. Con ese ambiente, no hay poema que se resista.
El cielo llora
y las calles se mojan
¡qué bonito es cuando crujen las rocas!
(Susana Pérez, 1º ESO)
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