Hace unas semanas pregunté aquí si creíais que había alguna diferencia entre la narración en femenino o en masculino. Para comprobarlo, pedí a los chicos de 2º de la ESO que escribiesen una pequeña historieta desde la perspectiva narrativa de alguien del sexo contrario al suyo.
La verdad es que los resultados fueron bastante sorprendentes: muchos lugares comunes acerca de los chicos y las chicas como aficiones, formas de pensar, etc… Algunos otros, confusos ante la idea de narrar desde el punto de vista de una chica, lo que hicieron fue narrar “desde el cuerpo de una chica”, manteniendo su propia voz narrativa. Eso hizo Joseph, de 2º y el resultado fue esta pequeña historia:
Otro cuerpo
Ahora veo otro mundo, un mundo al que voy a tardar en acostumbrarme si todo esto no acaba mañana.
Hoy ocurrió lo peor que podía haberme pasado, me convertí en una chica. Nada más despertar vi un decorado diferente en mi habitación, el que correspondía al de una tía, y cuando me acerqué a un espejo vi que mi aspecto había cambiado, tenía el pelo liso de color negro, unos ojos azules y la piel blanca.
No podía dejar de mirar mi cuerpo ni los cambios que hubo en mi habitación hasta que escuché la voz de mi madre:
-Megan, llegarás tarde al instituto. Date prisa.
Yo no entendí por qué me llamó Megan. ¿Se refería a mí? ¿Cómo sabía que era una chica?
En aquel momento tuve muchas preguntas, bueno y sigo teniéndolas. Pero no sabía qué había pasado o si es que el chico aquel de trece años que un día fui, nunca llegó a existir.
Joseph Fernández (2º ESO)