PAREADO
Al que a buen árbol se arrima,
buena sombra le cobija.
SOLEÁ
Muerto se quedó en la
calle
con un puñal en el pecho.No lo conocía nadie.
Lorca
TERCETO
Pasáronse las flores del
verano
el otoño pasó con sus racimos,
pasó el invierno con sus nieves cano;
el otoño pasó con sus racimos,
pasó el invierno con sus nieves cano;
Epístola moral a Fabio
CUARTETAUna tarde parda y fría
de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de lluvia tras los cristales.
Machado
QUINTETO
“Sólo la edad me explica con
certeza
por qué un alma constante, cual la mía,
escuchando una idéntica armonía,
de lo mismo que hoy saca tristeza
sacaba en otro tiempo la alegría”
por qué un alma constante, cual la mía,
escuchando una idéntica armonía,
de lo mismo que hoy saca tristeza
sacaba en otro tiempo la alegría”
Ramón de Campoamor
CUARTETO
Una, dos, tres estrellas,
veinte, ciento,
mil, un millón, millares de millares,¡válgame Dios, que tienen mis pesares
su retrato en el alto firmamento!.
Diego de Silva y Mendoza
SERVENTESIO
Con varios ademanes horrorosos
consintieron los hombres temerosos
ver nacer los abortos más fatales. Félix María Samaniego
CUADERNA VÍA
Era un simple clérigo, pobre de clerecía,
dicié cutiano missa de la sancta María;
non sabié decir otra, diciéla cada día,
más la sabié por uso que por sabiduría.
Gonzalo de Berceo
REDONDILLA
¡Qué alegre y desvanecido
cantas, dulce ruiseñor,
las venturas de tu amor
olvidado de tu olvido!
cantas, dulce ruiseñor,
las venturas de tu amor
olvidado de tu olvido!
Calderón de la Barca
COPLA
Hasta que
el pueblo las canta,
las
coplas, coplas no son,
y cuando
las canta el pueblo
ya nadie
sabe el autor.
Manuel Machado
SEGUIDILLA
Dijo la zorra al busto,
después de olerlo:
“Tu cabeza es hermosa,
pero sin seso”.
Félix Mª de Samaniego
QUIINTILLA
Pasó un día y otro día,
un mes y otro mes pasó,y un año pasado había;
mas de Flandes no volvía
Diego, que a Flandes partió.
José Zorilla
LIRA
Buscando mis amores
iré por esos montes y riberas,
ni cogeré las flores,
ni temeré las fieras
y pasaré los fuertes y fronteras.
iré por esos montes y riberas,
ni cogeré las flores,
ni temeré las fieras
y pasaré los fuertes y fronteras.
San Juan
de la Cruz
SEXTINA
Al bello resplandor de
vuestros ojos
mi pecho abrasó Amor en dulce llama
y desató el rigor de fría nieve,
que entorpecía el juego de mi alma,
y en los estrechos lazos de oro y hebras
sentí preso y sujeto al yugo el cuello.
mi pecho abrasó Amor en dulce llama
y desató el rigor de fría nieve,
que entorpecía el juego de mi alma,
y en los estrechos lazos de oro y hebras
sentí preso y sujeto al yugo el cuello.
Fernando de Herrera
Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte,
contemplando
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando.
Jorge Manrique
avive el seso y despierte,
contemplando
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando.
Jorge Manrique
OCTAVA REAL
El
firmamento duplicado en flores
se ve en constelaciones olorosas;
ni mustias envejecen con calores,
ni caducan con nieves rigurosas;
naturaleza admira en las labores;
con respeto anda el aire entre las rosas:
que solo toca en ellas, manso, el viento
lo que basta a robarlas el aliento.
Francisco de Quevedo
se ve en constelaciones olorosas;
ni mustias envejecen con calores,
ni caducan con nieves rigurosas;
naturaleza admira en las labores;
con respeto anda el aire entre las rosas:
que solo toca en ellas, manso, el viento
lo que basta a robarlas el aliento.
Francisco de Quevedo
DÉCIMA
Cuentan de un sabio que un día
tan pobre y mísero estaba
que sólo se sustentaba
de unas hierbas que cogía.
“¿Habrá otro -entre sí decía-
más pobre y triste que yo?”
Y cuando el rostro volvió
halló la respuesta, viendo
que otro sabio iba cogiendo
las hierbas que él arrojó.
tan pobre y mísero estaba
que sólo se sustentaba
de unas hierbas que cogía.
“¿Habrá otro -entre sí decía-
más pobre y triste que yo?”
Y cuando el rostro volvió
halló la respuesta, viendo
que otro sabio iba cogiendo
las hierbas que él arrojó.
Calderón de la Barca
SONETO
La lluvia en el cristal de la ventana,
el aire de una plaza compartida,
el pañuelo de sombras de la vida,
la noche de Madrid y su mañana,
el aire de una plaza compartida,
el pañuelo de sombras de la vida,
la noche de Madrid y su mañana,
el amor, la ilusión del porvenir,
el dolor, la verdad de lo perdido,
la constancia de un sueño decidido,
la humana libertad de decidir
el dolor, la verdad de lo perdido,
la constancia de un sueño decidido,
la humana libertad de decidir
la prisa, la política, el mercado,
las noticias, la voz, el indiscreto
deseo de saber lo silenciado,
deseo de saber lo silenciado,
el rumor, las mentiras y
el secreto,
todo lo que la muerte os ha quitado
quisiera devolverlo en un soneto.
todo lo que la muerte os ha quitado
quisiera devolverlo en un soneto.
Luis
García Montero
Que por mayo era por mayo,
cuando hace la calor,
cuando los trigos encañan
y están los campos en flor,
cuando canta la calandria
y responde el ruiseñor,
cuando los enamorados
van a servir al amor;
sino yo, triste, cuitado,
que vivo en esta prisión;
que ni sé cuando es de día
ni cuando las noches son,
sino por una avecilla
que me cantaba al albor.
Matómela un ballestero;
déle Dios mal galardón.