martes, 13 de septiembre de 2016




LECTURAS OBLIGATORIAS 1º ESO

1ª evaluación.-
La tejedora de la muerte     Concha López Narváez,  Ed Bruño, ISBN 9788421652527
La chica que patina y el tonto que la quiere    Andrés Guerrero, Ed Santillana, ISBN 9788491221692
2ª evaluación.-
El terrible sobrino visita a la tía misteriosa    Enrique Pérez Díaz (se realizará taller)
El coleccionista de relojes extraordinarios   Laura Gallego, Ed SM, ISBN 9788467500813
3ª evaluación.-
El abrazo del Nilo     Montserrat del Amo, Ed Bruño, ISBN 9788421609712
Lectura libre de un autor que escriba en castellano



LECTURAS OBLIGATORIAS 2º ESO

1ª evaluación.-
El rostro de la sombra    Alfredo Gómez Cerdá, Ed SM, ISBN 9788421609712
El tiempo y la promesa    Concha López Narváez, Ed Bruño, ISBN 9788421615386
2ª evaluación.-
Atrapados en las leyendas de Madrid      Carmen García Romeu y Marisol Perales (se realizará visita)
Donde surgen las sombras    David Lozano   Ed SM ISBN 9788467510270
3ª evaluación.-
La selva prohibida     Heinz Delam Lagarde, Ed Bruño ISBN 9788467510270
Lectura libre de un autor que escriba en castellano







LECTURAS OBLIGATORIAS PARA 3º ESO
1er trimestre.-
                Cantar de mío Cid” (Se os indicará en el aula)
                Flor nueva de romances viejos” Ramón Menéndez Pidal (Sirve cualquier edición)
El Conde Lucanor” Don  Juan Manuel   Editorial Anaya  ISBN: 9788466777636
2º trimestre.-
                La Celestina” Fernando de Rojas Editorial Oxford ISBN: 9788467354362
                Coplas a la muerte de su padre” Jorge Manrique (Se os indicará en el aula)
                Lazarillo de Tormes” (Sirve cualquier edición)
3er trimestre.-
                Don Quijote de la Mancha” (Se os indicará en el aula)
                Selección de poesía barroca (Se os indicará en el aula)
                La dama boba” Lope de Vega (Sirve cualquier edición)



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LECTURAS OBLIGATORIAS PARA 4º ESO
1er trimestre.-
              “Fábulas de Iriarte y Samaniego” (Sirve cualquier edición)
“Rimas y leyendas” Gustavo Adolfo Bécquer (Sirve cualquier edición)
               Juanita la larga”  Juan Valera (Sirve cualquier edición)
2º trimestre.-
                Don Manuel Bueno, Mártir” Miguel de Unamuno (Sirve cualquier edición)
                Luces de bohemia” Ramón Mª del Valle-Inclán (Sirve cualquier edición)
                Antología poética del 27Ed. Cátedra ISBN 978-84-376-0053-6
3er trimestre.-
                 “La Familia de Pascual Duarte”  Camilo José Cela (Sirve cualquier edición)
                Tres sombreros de copa” Miguel Mihura (Sirve cualquier edición)
                Pedro Páramo  Juan Rulfo (Sirve cualquier edición)


jueves, 1 de septiembre de 2016

¡Septiembre! ¡Un nuevo curso, una nueva aventura!

  Nuestro primer regalo: los dos relatos ganadores en el pasado certamen Jóvenes Noveles.



SIN TÍTULO

        En esta dimensión las almas, antes de conseguir un cuerpo en el mundo de los vivos, deben ver la luz y la oscuridad. Todos los años se celebra una ceremonia para decidir si esas almas serán guiadas por la oscuridad o por la luz. John estaba presente en esa ceremonia con un montón de almas esperando un cuerpo. Todos tenían el aspecto de estar en mitad de la pubertad; pues es cuando más preguntas se hace el alma sobre qué camino debe elegir.
        Todos estaban muy tensos, pues si eran elegidos por Sombra, la reina inmortal que controlaba las sombras, verían lo horrible de un humano y sus almas solo desearían muerte. Pero si los elegía Estrella, la reina de la nueva generación de la luz, les demostraría lo hermoso que puede ser el mundo. Sombra tenía el aspecto de una adolescente a la que la obligan a estar en un sitio por la fuerza, mientras que Estrella tenía una mirada dulce y cariñosa. John rezaba para que Estrella la eligiera. Él era un chico que nunca había oído sobre ese mundo humano y, ya que iba a vivir allí, le apetecería que le enseñarán lo bueno de este.
­        -Va a comenzar la ceremonia. Dijo una voz que nadie sabía de dónde venía.
Estrella y Sombra se acercaron a la línea de almas que esperaban ansiosos.
­        - Si no estáis conformes con nuestra elección me temo que no podemos hacer nada- dijo.
Estrella tenía una voz armónica
        - ¡Ojalá pudierais todos venir con las luciérnagas y conmigo! ­ Ojalá a tus antepasados se les hubiera ocurrido un mejor nombre que luciérnagas para tus secuaces...­ dijo Sombra. Y por primera vez vi a Estrella con una chispa de desprecio en sus ojos. ¿La bondad puede sentir desprecio? De repente Sombra y Estrella me
miraron sorprendidas. Sombra se me acercó y dijo: Desde ahora te mostraré el reino de las Sombras y el mundo de los humanos acorde a nuestras reglas. Bienvenido a la oscuridad, alma llamada John>.
John lo único que pensó fue: < ¿qué he hecho?>.
El reino de las sombras... No era tan malo como todo el mundo creía. John conoció un grupo de sombras adolescentes que podían pasar por almas normales y corrientes (excepto porque eran de color gris oscuro). Pero lo que más le sorprendió es que nada más llegar al reino de las sombras, Sombra se relajó, rio, bromeó y le enseñó el reino... Todos parecían seres humanos; ¿no se suponían que tenían que representar el mal?
­        - ¡Oye, John!­ dijo Ginny.
­        - ¿Qué pasa?
­        - Pues que te tenemos que enseñar el mundo humano, idiota. Jajaja. - Rio Ginny. Era algo así como una hermana para Sombra, pues fue la primera sombra que creó (aunque tenía el aspecto de tener 17 años). De repente a John se le pasó una idea por la cabeza; si ella fue la primera sombra creada, entonces, ¿quién creó a Sombra?
        - ­¿Dónde estamos?­ preguntó John. Estaban en una calle, enfrente de un paso de cebra. La gente que pasaba no los miraba.
­        - John, relájate hombre,­ dijo Marco. También era cercano a Sombra, aunque pareciera que la odiara.­ solo vamos a hacer la rutina de cada selección de la ceremonia... ­Es decir, vamos a demostrarte cómo de cruel es la vida y, por supuesto, también cómo de crueles somos nosotros, dijo Peter con una sonrisa siniestra. Todos los demás le acompañaron con risas y la mirada tenebrosa de Sombra.
De repente, todo el volumen del ruido disminuyó un poco y se oyeron con claridad las voces de dos chicas.
­        - Tengo que hacer un trabajo sobre la batalla de Lepanto y no sé cómo empezar...
­        -¿No será el manco de Lepanto?
­        - Ese es Cervantes, idiota. Él solo participó.
­        - ¡Eh! En algo he acertado ¿no?
Las dos iban a cruzar el paso de cebra cuando una se quedó en el bordillo atándose los cordones, la otra siguió y al darse cuenta de que su amiga se había quedado rezagada se paró en medio del paso de cebra. Sin ningún aviso un coche, a una velocidad increíblemente rápida, atropelló a la chica que esperaba pacientemente a su amiga. John se quedó paralizado por lo que acababa de ver, pero lo peor de todo es que John percibió una figura al lado del cuerpo de la chica atropellada. Casi se queda sin aliento. Era una mujer con la piel de color azul cristal, huesuda y con ropas rotas. Lo más tenebroso de todo eran sus ojos, pues estaban cosidos con un hilo negro que le impedía abrirlos. También llevaba una caja de música en la que estaba escrita la palabra muerte en varios idiomas. De repente, la mujer empezó a girar la palanca que producía una música terrorífica y lenta. Como si aquella música tuviera algo que ver, un hilo de brillante color verde salió del cuerpo de la chica, se metió dentro de la caja; salió por la palanca; recorrió los brazos de la mujer y se metió dentro de aquellos ojos cosidos. La Muerte se acababa de llevar el alma de aquella chica.
John intentó huir. No podía creer lo qué acababa de ver. La Muerte en persona. Quiso correr calle abajo pero Sombra se lo impidió.
­        - ¿A dónde crees que vas?­ dijo con un brillo oscuro en sus ojos.­ Solo es La Muerte... Ah, es verdad, que tú eres mortal. Se me olvidaba. Y no te escaquees, que ahora toca el sufrimiento de la vida ante la muerte. Jajaja­ terminó con esa risa tenebrosa que tanto intimidaba a John. Y como si esos ojos tenebrosos lo consumieran, toda la calle se quedó a oscuras.
Aparecieron en una habitación por la noche. John no sabía dónde estaba hasta que vio que en la cama descansaba una chica. La amiga de la chica atropellada.
­        - ¿Qué hacemos aquí?­ preguntó John.
No hubo respuesta, pues aquellas sombras que le habían caído tan bien cuando llegó, ya no existían. Estaban mirando a la chica cómo si fuera un trozo de carne y ellos hubieran estado un año sin comer. Sombra sonreía como si viera a unos niños jugar.
­        - Vas a ver cómo se hacen las pesadillas­ dijo Ginny. John pensaba que ella era la más humana de todas, se equivocaba.
John no supo cómo se metieron en la cabeza de la chica pero lo hicieron. Vio que Sombra, Ginny, Marco y Peter estaban al lado suyo. De repente se encontraron en la calle donde habían atropellado a la chica y se repitió la misma escena pero esta vez era más sangrienta y mucho más violenta. Sin ningún preámbulo, las cuatro sombras se convirtieron en charcos negros y se fueron acercando a la amiga de la atropellada y empezaron a hablarle: <Es culpa tuya>, <si no fueras tan inútil tu amiga estaría viva>, <¿la echas de menos?>, < ¿por qué no te unes a ella?>. La chica se despertó llorando y ellos fueron expulsados de su mente.
­        - Oh, ¡mira qué pena me das, niña!­ dijo Marco con un gesto obsceno. Todos rieron con una risa dulce y a la vez tenebrosa.
­        - Estáis locos. Sois unos monstruos­ dijo John temblando­ No sé cómo he acabado con unos demonios como vosotros.
­        - ¿Monstruos? ¿Crueles? ¿Nosotros?-­ dijo Sombra con los ojos abiertos como platos, lo que la hacía más terrorífica. ­Perdona pero nosotros no hemos atropellado a esa chica. Nosotros no creamos los problemas que tiene la gente. Estas pesadillas son los pensamientos de miedo, ira, egoísmo,... a los que nosotros damos voz. Esto que te acabamos de enseñar son pesadillas pero ¿de dónde crees que sacamos el “material”? Nosotros damos forma a las pesadillas dentro de la mente pero sois vosotros, los humanos, los que creáis el miedo y creáis los verdaderos infiernos.
John huyó de aquellos seres y fue a ver a Estrella para que le recibiera en su palacio y así no volverse como aquellas sombras.
­        - Lo siento. Pero no puedo llevarte al reino de la luz- ­dijo Estrella.-Ya eres parte del reino de las sombras...Ojalá esas sombras no fueran inmortales y así podrían desaparecer- lo último lo dijo en susurros pero John lo oyó.
De repente, el grupo de Sombra apareció. Sombra miró con despreció a Estrella y esta hizo lo mismo a su vez. 
        - ¿Ya le estas diciendo a otra alma que los humanos son seres amables y racionales que no se guían por el poder?­ dijo Sombra.
­        - Perdona, tú le has dicho que los humanos son crueles como demonios ¿qué razonamiento tiene eso para cubrir un alma de pena? - ­contestó Estrella.
­        - Yo sé cómo son los seres humanos de verdad, tu solos los has visto ¿cuánto? ¿300 años?- ­aquella respuesta de Sombra tuvo qué molestar mucho a Estrella, pues ella no era inmortal, ya que las estrellas mueren también.
De repente, de la mano de Estrella salió un rayo de luz que se parecía a una lanza y la lanzó directa a Sombra diciendo: <Creo que el mundo estará mejor sin ti señorita inmortal>. Pero cuando parecía que la lanza iba a atravesarle el corazón, Ginny se puso en medio y la atravesó a ella. Desapareció como si el viento se llevara polvo negro. Sombra se quedó de piedra por un momento pero, al segundo siguiente, sus ojos se volvieron negros completamente con una raja blanca como pupila.
­        - ¡Oh, venga! No te pongas así. Las Sombras no pueden morir. Esa idiota solo va a estar en el pozo de Muerte durante 100 años -dijo Estrella.- ­Vosotros sois inmortales y nosotros, que somos la luz del mundo, morimos como esos humanos que ya no les importa ser crueles o amables. Tú, Sombra, naciste de la lágrima que derramó La Muerte al darse cuenta de que solo arrebataba vida y tú, como ser oscuro, solo haces que la gente quiera morirse; y encima tú eres inmortal y yo, que soy la que traigo paz al mundo, tengo que morir y ver como tú sigues tan feliz que...­Estrella calló de repente.
< ¿Y esta es la luz que se supone que es bondadosa y que enseña lo maravilloso qué es el mundo? Creo que en el fondo sabía que esa bondad no era nada más que una máscara y que el mundo es igual, todo el mundo es amable hasta que dejan de actuar>pensó John. < El mundo es horrible, enseñan a la gente a ser amable y luego solo se aprovecha de aquella gente que pensó que algún día alguien le devolvería la amabilidad que había prestado. El mundo no es luz u oscuridad, es negro con una capa de blanco.>
­        - Ya lo has entendido, ¿eh?­ dijo Sombra. Y de repente, todo desapareció. Hora de ser humano. 




PESPECTIVAS, MUEBLES Y DELIRIOS
En la oscuridad de una humilde salita, una mesa camilla cubierta con unas sallas de tela manchega un brasero de ascuas bajo la misma y sobre ella un candil, una pluma con su tintero, el pliego de papel y un cenicero a la derecha en el que había apoyado un cigarro que no paraba de consumirse y aumentar la inmensa nube de humo que amarilleaba las paredes y el techo aparte de dejar impregnado el aroma en todos los visillos y  sobre todo en el tapete situado bajo el cenicero.
Dentro de esta misma sala, al lado justo de dicha mesa se hallaba un sitial muy viejo, tenía la tapicería sucia y comida por las polillas al igual que las patas y los brazos estaban llenos de agujeros de los que continuamente caía serrín por el destrozo de la carcoma. Encima de este sitial había un hombre sentado en oblicuo por lo que no pude distinguir quién era, solo pude observar una cara alargada, pelo corto, un bigote bastante poblado, con una túnica negra y una gran y hermosa gorguera. Estuve analizando sus movimientos durante un largo rato y pude observar que en ningún momento hizo amago de usar la mano izquierda, según escuché noches anteriores en uno de sus delirios, presenció la Guerra de Lepanto y en ella fue herido y tuvo dichas secuelas.
En esta misma habitación justo al fondo, donde apenas llega la luz del candil, se podía distinguir un precioso secreter o bureau muy dañado por la humedad de aquel lugar y como  no también carcomido. El bureau estaba repleto de papeles con manchurrones de tinta, pero a pesar de la escasa luz y de la cantidad de humo puede leer varios títulos de aquellos montones, entre ellos: “El licenciado vidriera” o “La Galatea”.
El hombre estaba inquieto, nervioso, tenía la intuición de que el libro que tenía entre las manos llegaría muy lejos, y el sería su autor. Probablemente fuese su mejor creación pero también su mayor perdición, con perdición me refiero a locura. Digo lo anterior porque seguí observando y en tan solo dos noches su cuerpo reflejaba todo lo sufrido en la vida, era incapaz de ponerse en pie, de prestar la atención.

Durante las noches gritaba cosas incoherentes, extrañas. Una noche aseguraba que en esa misma habitación había dos sombras, a las que hablaba a menudo y se dirigía como Rodrigo de Cervantes y Leonor de Cortinas. Otras noches aseguraba que en esa sala había hombres vestidos de negro que querían llevárselo, ¿A dónde?, era mi pregunta...
Una mañana el gallo sonó, este individuo que aún no reconozco se levantó y se dirigió a la calla donde vació la zafa bajo el grito de “AGUA VA”, se aseó y salió a dar una vuelta por la calle León de Madrid buscando inspiración para sus libros, sin ninguna idea y después de estar toda la mañana andando, se detiene en la esquina entre la calle nombrada anteriormente y la calle Francos, justo frente a su portal y entra, tiene ansia de comer, sus tripas crujen y su mente solo piensa en cuál sería la comida que ese día Catalina de Salazar había elegido.
Después de comer, se dirigió hacia la Iglesia del Convento de las Trinitarias Descalzas, para orar un poco y seguir buscando la inspiración de la segunda parte de uno de sus libros que había sido distorsionado por Alonso Fernández de Avellaneda, tenía pensado continuar la historia de manera correcta pero a la vez vengar la estupidez que cometió ese tal Avellaneda.
Después de un gran esfuerzo mental, que repito le pasará factura, aunque no más que el azúcar, finalmente pudo publicar la segunda parte de su libro dejando al otro escritor en un su sitio y a los personajes del libro de tal manera en que la historia no se pudiera continuar, es decir acabó con la vida del protagonista.
Este hombre del que llevo hablando toda la novela, del que conozco muchos detalles y características de su vida y su día a día, y aun así no soy capaz de averiguar quién es, estaba llegando a sus últimos momentos, volvió a la humilde habitación en la que había empezado la historia, se sentó en ese sitial carcomido, frente aquel bureau y atizó el brasero. Sabía que la enfermedad que le habían detectado era inestable, ya que no podía generar suficiente insulina para hacer frente a los azucares incorporados al cuerpo, como ya intuís tenía diabetes.
Sintió que eran sus últimos momentos que la vida se consumía más rápido que el cigarro nombrado anteriormente, que no conocería su fama, aunque tampoco la buscaba.
 Tenía la necesidad  de dejar de ser un hombre tan sabio, porque según él todo hombre que lleva la sabiduría, la inteligencia, el arte a un punto en que condiciona su vida, ya no es sabio, está loco, enfermo…
El 22 de abril de 1616 cogió un pliego de papel, humedeció el ombligo inferior de la pluma con tinta y empezó a escribir una reflexión de su vida, una reflexión rara, que solo él entendiese, algo que nunca saldría publicado, al menos físicamente, porque en los sueños todo, absolutamente todo es posible…
Minutos más tarde la pluma cayó al pliego corriendo la tinta, lentamente su cuerpo se desplomaba, empezó a jadear, su cara se llenaba de impotencia por intentar pedir ayuda y no tener fuerzas, su tez cogía un brillo similar al de la cera y segundos después un suspiro fulminante acabó con él.
Los delirios volvieron a comenzar, ¿os preguntaréis cómo puede ser esto?, pues en la literatura todo es posible. Esta vez los delirios venían  del mundo de los vivos y el escritor los tenía dentro de un humilde ataúd enterrado en la Iglesia de las Trinitarias y en el mundo de los muertos…


 ¡Que tengamos todos un buen curso!