lunes, 7 de febrero de 2011





















No olvidar a nuestros autores es seguir aprendiendo de ellos. Por eso queremos mencionar a media docena de hombres y mujeres que han tenido relevancia en el año 2010

El primero es MIGUEL DELIBES. Nació en 1920 y ya con 21 años se hizo caricaturista en El Norte de Castilla. Periodista por las noches y escritor por las mañanas, ¡eso es no dejar de trabajar en lo que le gustaba! También fue profesor de Derecho Mercantil , algo muy serio. Con 28 años ganó el Premio Nadal con La sombra del ciprés es alargada. Pero no paró, a los 79 publicó El hereje. Pero si una obra tenemos que recomendaros es El camino. Falleció en 2010 y nos dejó su sencillez y bien escribir.




A LUIS ROSALES casi seguro que no le conocéis. Nació en 1912 y andan por ahí ya preparando su centenario para el año que viene. Fue académico de la Lengua, crítico y escritor (poeta y dramaturgo). Sobre todo se dedicó a difundir la cultura, por eso La Casa Encendida, el centro cultural que tantas exposiciones y actividades hace, , lleva el nombre de una de sus obras. En poesía comenzó a publicar con 23 años. Curiosamente fue consejero del padre de don Juan Carlos, es decir, de Don Juan de Borbón. Aunque en principio tuvo conexiones políticas decidió dejarlas, decepcionado. También escribió teatro. Y cerramos estas líneas con una frase que nos parece muy significativa: Morir es la manera que tiene de hacerse hombre Don Quijote. Luis rosales nos dejó en 1992.









Un poco más sobre MIGUEL HERNÁNDEZ. ¡Cuánto penar para morirse uno! dijo un día. Ya sabéis que anduvo en cárceles y que sus últimos años lo pasó muy mal, solo, enfermo, condenado... cierto que sus amigos intentaron ayudarle, ¿todos?, pudo tal vez salir del país, ¿o no?. De hecho su conmutación de pena de muerte por la "inmediatamente inferior", es decir, 30 años y un día, ocurrió gracias a su amigo José Mª de Cossío. Que para eso están los amigos. A él le sirvió de poco porque murió meses después, de tuberculosis. Él escribía por aquellos días Nanas de la cebolla. Poco antes Antonio Machado arrugaba sus últimas líneas escritas en un papel que guardó en su bolsillo: Estos días azules y este sol de la infancia... Los escritores de verdad escriben siempre hasta el final.








GONZALO TORRENTE BALLESTER también nació en 1910. Falleció en 1999, pero tuvo tiempo de escribir mucho, de enseñar mucho. Era un pensador nato, filósofo de las letras podríamos decir. ¿Su valor? escirbir netre otras La saga fuga de J.B. de la que han dicho que es el Quijote del siglo XX. Bueno, no hay que exagerar, también lo han dicho de Cien años de soledad (G. García Márquez). ¿Por qué?, porque en ella maneja el lenguaje magistralmente y parodia la novela exprimental, que era un tipo de escritura que rompía con todo, argumento, tiempo, ritmos, sintaxis, puntuación... casi con la propia novela. También tuvo tiempo para ser académico. Nos quedamos con Los gozos y la sombras por elegir entre toda su ingente obra.














No hay que presentar a MARIO VARGAS LLOSA, ¿o sí? ¡Nuestro premio nobel de literatura 2010!, premio mericidísimo a toda una carrera de hombre coherente y de escritor eficacísimo. es el gran novelista de nuestra época. Siempre valiente buscando lo nuevo y arriesgando su comodidad en pro de desafíos literarios. Bonitas palabras. Es decir, que cada obra que publica es diferente, nueva y encandila al ser leída. ¿Con qué quedarnos? La catedral, La casa verde, Lituma en los Andes, o tal vez la última El sueño del celta. Seguro que ya está preparando la siguiente. ¡A correr!






Por último, caballerosamente, una dama ANA MARÍA MATUTE, la joven abuela que derrama ilusiones con cada libro. Muy lovencita empezó a ganar premios, el primero importante fue el del Café Gijón con Fiesta al noroeste; el premio Planeta (uno al que muchos aspiran por el dinerito que dan) con Pequeño teatro, que os invitamos encarecidamente a leer; el Premio Nacional de Literatura con Los hijos muertos; el Nadal con Primera memoria, al que también estáis invitados;... muy larga es la lista. Nos vamos al que ella más aprecia, Olvidado rey Gudú, que es de lectura necesaria por lo imaginativo y bien hecho que está. Dicen que su obra maestra es Paraíso inhabitado, pero ¿qué sabrán los críticos? Tal vez ahora tengan razón. Ella sigue escribiendo y sonriendo tras sus arrugas por el merecidísimo Premio Cervantes. ¡Ya era hora!