martes, 26 de noviembre de 2019

Nos felicitamos por la siguiente noticia:

El centenario del fallecimiento de Benito Pérez Galdós se celebrará a lo largo de 2020 con paseos literarios dedicados a algunos de sus personajes más ilustres, como Fortunata y Jacinta, conferencias en la RAE y el Ateneo, exposiciones, conciertos, encuentros para estudiantes, teatro, una ruta de librerías, cine inspirado en su obra o una ofrenda floral en su estatua, en el Retiro, que tendrá lugar el 4 de enero, cuando comenzará la programación.
Una de las primeras acciones ya en marcha ha sido redenominar a la biblioteca de Conde Duque con el nombre de Galdós ya que el autor de 'Miau' no estaba reconocido hasta ahora en ningún equipamiento de este tipo. Es precisamente en las calles de Conde Duque, en el barrio de Universidad, donde transcurre 'Miau'. Además la relación de Galdós con el barrio de Universidad va más allá dado que desde la imprenta De la Guirnalda, en el 12 de la calle Pozas salió impresa su primera novela, 'La fontana de oro'.

Pero, además, don Benito ha sido nombrado por unanimidad el pleno del Ayuntamiento hijo adoptivo de Madrid, ciudad a la que amó profundamente y donde eligió pasar su vida desde que llegó en su juventud hasta su muerte. Madrid quedó inmortalizada en sus obras. Y él se hizo inmortal gracias a Madrid. Nadie como Galdós supo ver la riqueza humana que tenía esta ciudad.

Galdós, hijo adoptivo de Madrid cien años después de su muerte


lunes, 4 de noviembre de 2019

Versión de un cuento de ALEXANDER KANEVSKY:


El hombre perdió la coma, empezó a temer a las oraciones compuestas, entonces buscó frases más sencillas. Estas frases sencillas le llevaron a tener pensamientos sencillos.

Después perdió el signo de exclamación y comenzó a hablar en voz baja, monótonamente. No le alegraba ni le indignaba nada, todo le tenía sin cuidado.

Más tarde perdió el signo de interrogación y dejó de formular preguntas; ningún acontecimiento le despertaba curiosidad, ya sucediera en el Cosmos, en la Tierra, o incluso en su propio hogar.

Después de un par de años, perdió otro signo de puntuación, los dos puntos; y dejó de explicar su conducta.

Hacia el final de su vida, no le quedaba más que comillas. No expresaba ninguna idea propia, sino que siempre citaba a otros. Así que se desacostumbró a pensar y llegó... hasta el punto final.



¡Que nos sirva de lección: parece un cuento insulso, pero leed entre líneas, por favor!



La escritora Siri Hustvedt, Premio Princesa de Asturias de las Letras 2019, tras recoger el premio pronunció un discurso que debemos escuchar y meditar. Aquí os dejamos el enlace:

https://youtu.be/lZYlJZvRn5w